sábado, 27 de septiembre de 2014



Guardo en ti el secreto de mis silencios,
el bosque de mis ojos cuando miras,
la súplica de mis dedos agonizantes en
el último adiós.

Dime si en mi pecho se balancean dos columpios;
                     si ves en mí
alguien que no veo.
Dime si sufres como yo las líneas que separan tus pasos de los míos;
                                                            si negocias una tregua con tus miedos.
            Dime si en el silencio encuentras el
relámpago desamparado que busca tus manos,
mi nombre moribundo arrastrándose por ellas.

Dime levemente, no hace falta que lo digas:
"Guardo en ti el secreto de mis silencios,
el tiempo que nos abandona y
nos hace
cómplices".